Volcán Poás

Volcán Poás

Volcán Poás

Entre los ya extintos volcanes «El Viejo» hacia el oeste y el Barva rumbo este, separado por la depresión del Desengaño, y como punto culminante de una de las cimas más imponentes de la Cordillera Central, se encuentra el volcán Poás de 2.708 mt de altura, llegándose a divisar desde San José, como una cúpula achatada en cuyo interior perviven dos cráteres de tipo lacustre, con lagunas como la de Botos, creada a partir del agua de lluvia. Su cráter principal, olla grandiosa que se mantiene activa en forma permanente, atrae a millares de visitantes, los cuales pueden llegar hasta el borde de la enorme paila hirviente, una de las más grandes del mundo según afirman muchos conocedores, en sus automóviles.

La geología del cráter activo del volcán Poás ha sido estudiada por muchos investigadores, entre ellos Thorpe et al en 1981 quien consideró que está compuesto por rocas piroclásticas y coladas de lava. Estas últimas están expuestas en las paredes norte, este y sur del cráter, con espesores de hasta 50 mt, la composición química de estas lavas son de tipo andesítico, mientras que las rocas piroclásticas están formadas por cenizas y arenas volcánicas.

La carretera permite acercarse comodamente casi hasta el borde del crater activo.

Historia

Su actividad histórica se puede caracterizar como: fumarólica, freática (tipo Geiser, en la parte norte del volcán existen importantes geiseres que se elevan hasta los 75 m de altura). Existen reportes de erupciones desde el año de 1728. El 24 de Enero de 1910 se produjo una gran erupción que alcanzó 8000 metros de altura sobre el nivel del cráter, los materiales llegaron hasta San Joaquín de Flores al sureste de San José. Desde 1987 se mantiene constante emisión de vapores y gases provocando las llamadas lluvias acidas que destruyen los cafetales hasta una distancia de 10 km.

A principios del siglo XX el volcán Poás empezó a recibir el turismo.  En ese entonces se venían por tren hasta Alajuela y luego a caballo hasta San Pedro de Poás, donde se contrataba un baquiano.  La época de 1904 a 1920 fue volcánicamente muy activa e impresionante y la incipiente burguesía local buscaba cómo divertirse, por lo que parece ser que en esa época nació la costumbre de viajar al Poás el 19 de marzo, el día de San José.  Durante años se hacía una misa arriba pero la costumbre se perdió a partir de los noventa.  En 2002 el Comité Cantonal de Deportes y Recreación de Poás retomó la tradición y desde entonces se ha realizado la caminata consecutivamente todos los años.

El Coloso del Poás, conocido como Chibuzú o Chubuzú por los indígenas Votos, fue bautizado en 1815 como Juan de Dios, en un intento fallido por “convertir al salvaje pagano en un manso cristiano” pero debido a la fuerte actividad volcánica de los años siguientes se intentó calmarlo mediante votos por lo que se le llamó Volcán de los Votos.  El nombre Poás puede ser un nombre indígena, ser derivado de la palabra latina Púa o se refiere a plantas con espinas como la piñuela (una bromeliácea).

La actividad azufrera fue muy frecuente en todo el siglo XIX. Los indígenas debieron de sentir un gran respeto por la magnificencia del volcán y también debieron obtener azufre del cráter.  En 1971 se declaró como Parque Nacional para evitar la deforestación y proteger las especies silvestres.  Coyotes, ardillas, pizotes, comadrejas, saínos, felinos, quetzales, colibríes, soterreyes, jilgueros, gavilanes y variedades de sapos, ranas, iguanas y salamandras pueden, pueblan el parque y pueden, con suerte, ser observados.  La vegetación es impresionante y muy variada debido al gradiente altitudinal. En cuanto a la flora se puede ver poró, robles, bambúes, helechos arborescentes, heliconias, sombrilla de pobre, arrayanes, orquídeas y epífitas.

Es posible observar desde el cerro Ochomogo hasta San Ramón. El occidente alajuelense es muy notorio y fácil de distinguir las poblaciones de San José, Alajuela, Heredia, San Rafael de Heredia, Colón, Puriscal, Atenas, Palmares, San Ramón, Naranjo, Sarchí, Grecia y Poás, además del aeropuerto y el estadio nacional. Son inconfundibles los volcanes de la Cordillera Central (Irazú, Turrialba, Barva, Poás, Viejo, Platanar, Porvenir) y los Montes del Aguacate, el cerro del Espíritu Santo, el cerro Turrubares y los cerros de La Carpintera. Además se distingue la falla de Alajuela y las cuencas de los ríos Virilla, Tárcoles y Poás, entre otros. Bajo ciertas condiciones, es posible observar al oeste el Océano Pacífico y hasta distinguir las islas del Golfo de Nicoya.

Todo en el volcán es enorme: un cráter de 1500 m, altura de 2704 m, una laguna de 400 m de diámetro, la erupción de 1910 de 8000 m de altura y 640000 toneladas de ceniza. Fumarolas, material piroclástico, domo, laguna, explanadas, paredes escarpadas, paisaje lunar. Durante décadas encantó con su erupciones tipo géiser, tan únicas y peculiares mundialmente que se les conoce como actividades poasianas.  Los ríos Ángel, Poás, Mastate, Zamora, Prendas, Tacares, Achiote, Rosales y Chilamate nacen aquí, pues la zona se caracteriza por la alta precipitación (3600 mm de lluvia anuales) y por las áreas de recarga de acuíferos que nos convierten en un lago subterráneo.

La exuberante caldera no es la más grande del mundo, pero sí una de las más bellas.  Científicos como Oersted, Pittier y von Frantzius se enamoraron de él.  Garabito, rey de Coyoche, se refugió con los indígenas votos en el Poás y desde allí mantuvo viva la llama de la libertad frente a los invasores europeos.

Existe una leyenda, de origen incierto, retocada con el estilo romántico del siglo XIX que cuenta la historia del Rualdo, el ave de hermosa voz que cantó hasta hacer llorar al Poás en erupción, para salvar la vida de una doncella india dada en sacrificio.  Las lágrimas apagaron el cráter y formaron la laguna, el ave no volvió a cantar pero sus plumas se tornaron multicolores.

Con la colaboración de Diana Ureña (CCDR Poás) y Montañista Poaseños.

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