Bosque Tropical Lluvioso
Comunidad vegetal
Predominantemente de árboles u otra vegetación leñosa, que ocupa una gran extensión de tierra. En su estado natural, el bosque permanece en unas condiciones autorregula-das durante un largo periodo de tiempo. El clima, el suelo y la topografía de la región determinan los árboles característicos del bosque. En su entorno local, los árboles dominantes están asociados con ciertas hierbas y arbustos. Tanto las plantas altas y grandes como la vegetación baja, que afecta a la composición del suelo, influyen en el tipo de vegetación que se da en el sotobosque. Alteraciones como los incendios forestales o la tala de árboles por parte de la industria maderera, pueden cambiar el tipo de bosque. Si no se dan estas circunstancias, el desarrollo ecológico puede llevar a la comunidad vegetal a su climax. En la actualidad, se están llevando a cabo programas para la conservación y usos forestales apropiados, con el fin de mantener y proteger determinados tipos de bosques.
Pluvisilva ecuatorial o Selva lluviosa ecuatorial
Bosque de la zona ecuatorial de la Tierra que se encuentra entre los 7° de latitud N y los 7° latitud S, en áreas en las que las precipitaciones son constantes y abundantes, con totales anuales que rondan los 2.000-4.000 mm, y altas temperaturas. Debido a estas características, la vegetación crece profusamente durante todo el año. En la pluvisilva ecuatorial hay más especies de plantas y animales que en el conjunto de los restantes ecosistemas del mundo. Alrededor del 70% de todas las especies vegetales de estos bosques son árboles. El piso superior lo constituyen especies solitarias de unos 60 m de altura. En el nivel inmediatamente inferior los árboles suelen formar una masa continua. Son abundantes las enredaderas leñosas o lianas, así como los epífitos (entre los que se cuentan las orquídeas, musgos y bromeliáceas), que crecen por encima de otras plantas. La luz que llega al suelo es poca y el lecho de hojas que se forma escaso. Los nutrientes que libera la descomposición de la
materia orgánica son rápidamente absorbidos por los árboles. En las latitudes inmediatamente superiores (aproximadamente de los 7- a los 239 latitud N y S) se encuentra el bosque tropical propiamente dicho, que tiene las características propias del anterior en lo que a estructura de vegetación se refiere, pero que, debido a la latitud, tiene una mayor estacionalidad; periodos de lluvias prolongadas y abundantes se alternan con periodos de lluvias menos intensas y donde, además, la temperatura también es inferior, de ahí que sea un bosque menos rico en variedad y abundancia de especies vegetales.
Cuando se tala la selva con fines agrícolas, sus suelos sólo pueden producir unas pocas cosechas antes de volverse estériles. La selva está siendo talada en todo el mundo a un ritmo creciente, debido a la explotación maderera y a las necesidades agrícolas de poblaciones en continuo crecimiento. Esta deforestación masiva está provocando el mayor proceso de extinción de animales y plantas que se haya dado nunca en la Tierra. También está produciendo el incremento del nivel de dióxido de carbono en la atmósfera. El resultado es un calentamiento global, provocado por la combustión o descomposición de los árboles caídos y la desaparición de las especies vegetales de la selva que consumen dióxido de carbono durante la fotosíntesis.
Costa Rica es un país que por su variedad de climas, por lo diverso de su topografía y siendo un corredor entre dos grandes masas continentales ha «coleccionado» gran variedad de especies de flora y de fauna al pasar de los siglos.
Formamos parte del cinturón ecuatorial pluvioso y nuestra selva lluviosa ocupaba un 45,4% de nuestro territorio, aproximadamente 23,199 Km2. Las características climáticas de los bosques que hoy aún quedan esta dada principalmente por la inclinación de los rayos solares que es mínima y constante. Esto provoca una gran evaporación y humedad del aire. El elemento cotidiano más importante son los intensos aguaceros, lo que provocan en nuestro país precipitaciones anuales hasta de 8.000 mm.
Un exuberante bosque siempre verde con numerosas palmas con árboles hasta de 44 metros, raíces con grandes gambas que se desplazan entre un cerrado sotobosque de penumbras y de rayos de sol filtrados entre el denso follaje, es el paisaje de este bosque.
Insectos, aves, reptiles, anfibios, peces y mamíferos en un intricado juego de interelaciones, en donde todos tienen un papel protagonice; las hohas que caen al suelo para que los hongos y bacterias renueven el suelo. El agua de ríos y riachuelos, charcos entre las hojas podridas y altas temperaturas son los actores de este frágil equilibrio natural. Lo que la naturaleza construye en miles de años el ser humano lo puede destrozar en minutos.
En Costa Rica se encuentran zonas con estas características en las llanuras de Sarapiquí y de Tortuguero en el Noreste y en la Península de Osa, se encuentran en la vertiente Atlántica, en la Cordillera de Talamanca, Central y de Tilarán. En el Pacífico se encuentra en franjas angostas en la Cordillera Costeña que separa el Valle General y la costa de Pacífico. Muchas de estas tierras han sido utilizadas para la siembra del banano, palma, arroz, pina y para la ganadería extensiva.
Muchos de los árboles maderables que se explotan diariamente pertenecen a este tipo de bosque entre los más importantes están: espavel, almendro de montaña, ron ron, ojoche, cedro maría, cedro amargo, laurel, madero negro, javillo, níspero, gavilán y guayacán entre otros.
Entre la fauna más importante están: la danta, el jaguar, el saíno o chancho de monte, el puma, pizote, cabro de monte, gran cantidad de aves como tucanes, lapas y muchos otros, además de insectos, reptiles como caimanes, lagartijas, culebras y gran cantidad de anfibios y peces.
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